
La comunidad Karapá está siendo agredida por parte de civiles armados que pretenden, por todos los medios, arrebatarles las tierras para destinarlas a cultivos de soja.
En su intento por hacerse de las tierras, civiles armados han derribado y quemado casas de los habitantes nativos. También incendiaron vehículos, les quitaron sus enseres domésticos y destruyeron todo a su paso.
En una charla que mantuvimos con Gildo Romero Venialgo, líder de la comunidad Karapá que nuclea a unas 65 familias, él comenta que esas tierras son de sus ancestros, que se encuentran en una franja de seguridad en la frontera con Brasil y que no podrían cederse a extranjeros. Lo comenta porque, según explica, son precisamente de Brasil los empresarios que envían personas para tratar de desplazarlos de esas tierras. “Nos están atropellando con un grupo de pistoleros”, afirma Gildo al respecto de esos ataques. Y agrega que, el día anterior a esta charla, recibieron “un atropello con ocho camionadas de pistoleros”.
También afirma que el gobierno de Paraguay no les da el apoyo que ellos reclaman, “ellos no hicieron nada a favor de nosotros, solamente protegieron a los extranjeros” comenta.
Gildo reclama que las autoridades del gobierno, entre ellas las del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), les reconozcan formalmente la tenencia de esas tierras que son su territorio y de donde han extraído históricamente y permanentemente sus recursos pero que también abarca a su identidad social, cultural y espiritual.
Su testimonio y las fotos que acompañan esta nota son elocuentes respecto de lo que allí ocurre y que no está recibiendo respuesta por parte del Estado paraguayo.


