
El viernes 19 de setiembre el Departamento de Estado de los Estados Unidos dio a conocer que el acceso de periodistas a sus instalaciones será autorizado únicamente si aceptar no publicar determinada información.
Tal comunicación fue realizada a través de un correo enviado por parte del portavoz del Pentágono, Sean Parnell, a diversas redacciones. Allí se informa que los y las periodistas deberán firmar una nota en la que se comprometen a no divulgar información clasificada ni documentos considerados sensibles, aun cuando los mismos no se encuentren oficialmente catalogados como secretos. Esta nueva normativa, que comenzará a aplicarse en breve, abarca a todos los medios que cubren la sede del Departamento de Guerra.
A su vez el secretario de Guerra, Pete Hegseth, publicó en su cuenta de X que "la prensa no dirige el Pentágono, sino la gente". Agrega en dicho mensaje que, si los periodistas no llevan consigo una identificación, "pueden irse a casa".
Según recuerda el medio Cooperativa[i], de Chile, en mayo de este mismo año Hegseth había restringido aún más el acceso de la prensa, en medio de la crisis por la polémica de la filtración (en un grupo de Signal), de ataques estadounidenses en Yemen.
Cuando el secretario de Guerra advierte que no es la prensa, sino la gente, la que dirige el Pentágono, comete una doble falacia. En primer lugar, porque la política “del Pentágono” no la dirige ni la prensa ni “la gente”, si entendemos como tal a la ciudadanía. En segundo lugar, porque cuando se coarta el acceso de la prensa se está cercenando el derecho a que las personas estén debidamente informadas. Y de este cercenamiento hay muestras más que suficientes.
La muerte de Kirk y las presiones de Trump
Recientemente el presidente, Donald Trump, realizó una demanda contra el New York Times, acusando a ese medio de difamarlo en 2024.
Pero aún más resonancia tuvo el caso del presentador del canal ABC (propiedad de Disney), Jimmy Kimmel, considerado como una de las personalidades más importantes de la televisión de Estados Unidos. El conductor fue sacado del aire después de unos comentarios que realizó en su programa nocturno sobre el asesinato del activista de derecha, Charlie Kirk.
Concretamente, en su programa Jimmy Kimmel Live” afirmó que el entorno de Donald Trump se aprovechaba del asesinato de Kirk para “ganar puntos políticos”.
Según el portal BBC.com[ii] el mandatario estadounidense presionó a ese canal para que despidiera a Kimmel. De hecho, en una conferencia de prensa, Trump afirmó que “despidieron
a Jimmy Kimmel por sus bajos índices de audiencia. Lo despidieron por falta de talento". A esos comentarios agregó que Kimmel debería haber sido suspendido "hace mucho tiempo" y agregó que el presentador "dijo algo horrible sobre un gran caballero conocido como Charlie Kirk".
Nuevamente reiteramos el concepto que la censura de los gobiernos, en especial de una potencia mundial, limita la libertad de expresión y cercena el derecho a la ciudadanía estar debidamente informada. Limita la transparencia, genera pérdida de confianza en los poderes del Estado y por lo tanto debilita seriamente la democracia.
[i] https://www.cooperativa.cl/noticias/mundo/ee-uu/el-pentagono-asesto-nuevo-golpe-a-la-libertad-de-prensa-en-ee-uu/2025-09-20/211118.html
[ii] https://www.bbc.com/mundo/articles/crkj6gxv878o