Las desigualdades económicas, la falta de austeridad política y el desencanto social, está instalado en muchos uruguayos. El filósofo Sergio Sommaruga plantea que sin justicia distributiva no puede haber una democracia plena y advierte sobre la pérdida de esperanza colectiva, porque “cuando uno deja de soñar, se acomoda a la mediocridad”.
Sergio Sommaruga, docente de Filosofía e integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, tiene una mirada muy crítica sobre cómo se maneja el país desde lo político y la falta de cuestionamiento de la sociedad, sobre estos temas fue consultado por Portal APU.uy.
Sostiene que “la redistribución del ingreso es un pilar fundamental en el funcionamiento de la democracia, porque el ejercicio de derechos es lo que garantiza la libertad. Por el contrario, la precarización de derechos coarta la libertad y lesiona la prosperidad social”, señala Sommaruga. “Las sociedades desiguales son más opacas, más nerviosas, más estresadas, y funcionan peor”.
Para el dirigente sindical, Uruguay debe hacer una profunda autocrítica respecto al papel que ha dado históricamente a la redistribución, porque “cuando se reclama achicar el Estado, nunca se reclama por el peso de la deuda externa ni en qué se gasta. A nivel político, gubernamental, se piden recortes de políticas públicas que son justamente las que mejoran la agenda distributiva”.
Austeridad y desigualdad en el poder
También cuestiona la falta de austeridad dentro del sistema político, en un país donde “medio millón de personas gana 25 mil pesos” y, al mismo tiempo, existen cargos públicos con sueldos de 200 mil, 500 mil y 600 mil pesos. “Falta austeridad y mejor legislación. Se dice que los altos salarios evitan la corrupción, pero los hechos demuestran lo contrario. La corrupción existe igual, porque hay gente que cuanto más tiene, más quiere. Además, ese argumento ignora que lo esencial no es pagar mucho, sino poder sacar a quienes son ineficientes o deshonestos en la función pública”.
El sindicalista menciona ejemplos recientes de nepotismo y acomodos, como las contrataciones de familiares y amigos en gobiernos departamentales, como en Salto. “Mientras se despide a trabajadores, se acomoda a familiares. El sector político tiende a ser muy corporativo y poco autocrítico, cuando debería dar el ejemplo”.
Corrupción e impunidad
El docente sostiene que Uruguay es “demasiado permisivo” frente a la corrupción. “Hay casos probados, como el de Artigas, donde se usaron fondos públicos de forma discrecional, y en poco tiempo esas mismas personas –separadas políticamente- vuelven a ocupar cargos y siguen ganando altos salarios*. Esa mirada laxa hacia la corrupción debilita al sistema democrático”, enfatiza.
El rol del poder económico
El dirigente también apunta a que los grandes grupos económicos que no se muestran llegan a tener “más poder que la propia democracia. Manejan enormes capitales y cuentas bancarias, y terminan condicionando las políticas nacionales. Es necesario interpelar no solo al sistema político, sino también al poder económico”.
El desencanto con el futuro
No deja pasar por alto la frecuente falta de esperanza que escucha en la gente, algo que él no comparte. “Cuando era chico, mis padres aspiraban a que nuestro futuro fuera mejor que su presente. Hoy hay un pesimismo sobre el futuro que condena el presente. Cuando uno deja de soñar o de pensar en grande, se acomoda a la mediocridad”.
El poeta español Jorge Manrique dijo que “todo tiempo pasado fue mejor” y para Sommaruga “es una ilusión que paraliza. No se trata de nostalgia, sino de interpelar el presente para construir un futuro mejor. La imaginación y las utopías son necesarias para transformar la realidad. No vamos a cambiar la realidad solo con palabras, pero sí con la voluntad de transformarla. Para que el futuro sea mejor que el presente, necesitamos coherencia, ejemplo y compromiso colectivo”
Un llamado a la autocrítica y al ejemplo
Finalmente, en la charla con el Portal APU.uy sobre su evaluación de los tiempos que corren, invita a una mirada autocrítica de toda la sociedad, no solo del sistema político, considera que “hay decadencia también en la docencia, en el periodismo, en la actividad sindical. La violencia, la vulgaridad y la falta de respeto se multiplican. No se puede pedir a los jóvenes que sean mejores si el mundo adulto no da el ejemplo”.
* El ex intendente Pablo Caram (2024) fue procesado por corrupción y la diputada blanca Valentina Dos Santos, sobrina de Caram y suplente suya en la intendencia, fue procesada por usurpación de funciones. Valentina dos Santos renunció a su banca antes de ser condenada. Fue electo intendente para este período el sucesor de Caram: Emiliano Soravilla, y Valentina


