En San Carlos rural tienen su casa y taller dos artistas plásticos uruguayos: Ricardo Pickenhayn y Nicole Vanderhoeght. Fundaron este proyecto en 1982 con el objetivo de formar y formarse en la cerámica estructural, humana y metafísica. La geometría al servicio del barro.
Roberto Saban. Acaban de inaugurar la muestra número 36 de alumnos de vuestra escuela. ¿Cuántos integrantes han pasado ya por las mesas de trabajo y que monitoreo tienen de lo que ha sido de ellos a lo largo de los años? ¿Que es el proyecto CEDARTES.?
Ricardo y Nicole. Venimos trabajando desde hace cuarenta años en un proyecto de investigación que involucra a diferentes formas de ver y sentir el arte. Hoy, ante el nuevo paradigma que representa este siglo XXl, nos parece imprescindible volver a la fuente.
Por ello, dada nuestra original condición de ceramistas, es que nos comprometimos a hacer un viaje introspectivo tomando como eje fundamental el uso de la arcilla.
Este “barro” primordial siempre ha sido la materia física que remite al inefable “polvo estelar”.
Porque, más allá de toda metáfora, la propia “tierra” que pisamos es producto de una re-composición -espontánea y universal- que se puede materializar en arquitectura, escultura, el vaso o la planimetría de un mural.
Cada artista que toma y modela este elemento sacrosanto, como la propia Madre Naturaleza, recrea, en un “parto” poético, la trilogía ALMA- MENTE y CUERPO.
Tierra que se fusiona con el agua, se seca con el aire y se cuece con el fuego.
Toda huella humana (antes evanescente) queda -así- inmortalizada en un nuevo ser vítreo: La Cerámica.
Este descubrimiento ya lo había hecho (en 1912) Joaquín Torres García; cuando fuera intuitivo guía de jóvenes en el vanguardista Colegio Mon D’or de Barcelona.
La idea de CEDARTES (Centro para el desarrollo del arte estructurado) se fue conformando a partir del año 1982 cuando dimos inicio a las clases en el Liceo de la ciudad de San Carlos. Por ese entonces, a su vez, comenzamos (con nuestras propias manos) a construir nuestro Taller y Escuela en el campo en donde vivimos.
Gracias a las enseñanzas de tres grandes mentores: Day Mán Antúnez y Edgardo Ribeiro (co-fundadores del Taller Torres García junto al consecuente consejo del ceramólogo Jorge Fernández Chiti (desde Bs As) conformamos la vocación y luego volcamos ese conocimiento (sumado a nuestra experiencia) para enseñar a distintos grupos de interesados en esta peculiar forma de sentir el arte.
Luego de la experiencia de Secundaria (siete años de materia curricular con resultados efectivos en murales y esculturas que quedaron en la institución) y de otros tantos que dedicó Nicole para enseñar -gratuitamente- en las escuelas rurales (con resultados impresionantes) seguimos impulsando -en casa- el propio Taller. Allí, en el entorno del constructivismo, crecieron nuestros tres hijos y comenzaron a venir nuevos adeptos recurrentes (entre 12 y 15 personas por año) conformando sólidos grupos mixtos de adultos que fueron cambiando con el correr del tiempo.
Hoy vemos con orgullo los diversos caminos que se fueron abriendo a partir de lo compartido en estas cuatro décadas. Muchos de estos pioneros fueron consagrados como artistas; otros son docentes en distintas áreas del oficio y hay un sin fin de amantes del arte que descubrieron nuevos horizontes para manifestarse.
RS. Uds. tienen una concepción de ¨arte estructurado¨ y de un hacer arte que tiene fusión de lo cotidiano con lo metafísico y espiritual. ¿Podrían explicarnos a los lectores del Portal APU.uy la base filosófica de vuestra concepción? ¿Qué es la estructura torresgarciana aplicada a la cerámica que vuestra escuela desarrolla?
R y N: El Universalismo Constructivo nació (en el inicio) como fruto de una primaria investigación de Torres García y Barradas pero es también parte fundamental y evolutiva de lo que ellos denominaban como la “Gran Tradición del Hombre Abstracto” .
Entendiendo que el término “hombre” refiere a la Humanidad. Este camino introspectivo se explica desde la fusión de lo que se siente con lo que se sabe y lo que finalmente se plasma con las manos. Por ello es el arte completo que identificó a la grandes vertientes del pasado en una comunión intemporal. La idea luego renace -desde el ejemplo de Paul Cézanne- para desarrollarse en nuevos redentores como Kandinsky, Klee, Mondrian, Moore y muchos otros quienes, después, conformaron nuestra denominada “Escuela del Sur”.
La esencia básica del Universalismo Constructivo es la autenticidad; misma que se origina en el conocimiento de la estructura y la humilde aceptación de que somos parte del cosmos.
Así, toda invención se construye desde un esquema que parte de los opuestos (positivo-negativo, luz y sombra, sonido y silencio etc). Luego esta cosmovisión cobra vida en el plano bi-dimensional y finalmente en las tres dimensiones físicas.
De tal manera podemos trazar un paralelismo entre todas las artes siguiendo la misma lógica.
Toda referencia aparente o conceptual queda referida como un agregado literario que cada artista suma, si lo considera conveniente. Pero el objetivo primordial de una visión universal es el de que la obra se represente a sí misma antes que cualquier otra excusa externa.
Una vasija Nazca, un muro etrusco, un templo egipcio, Una máscara africana, el tejido geométrico de una “mola” de Centroamérica, un brazalete celta. Cualquiera de estos ejemplos ancestrales se define (como un objeto cotidiano) de forma abstracta e intemporal, más allá de los estilos o los protagonistas de tales realizaciones.
El Arte siempre crea vibración y geometría. Luego en ésta aparece una semiótica sensible que traduce subliminalmente la inmaterialidad del espíritu. El signo (humanizado) es nuestra huella en el cosmos. Cada pieza; por modesta que sea, transmite un sentimiento el cual funciona como una carta que escribimos para la posteridad.
Lo perdurable de la Cerámica ayuda a extender ese mensaje “escondido” para futuras generaciones.
RS: La artesanía: ¿es arte? ¿Depende del objeto o de quien sea el ejecutor?
R y N: Las palabras siempre están sujetas a diferentes interpretaciones. Hace años (en 1991) escribimos un artículo que refiere precisamente a las “diferencias” que podemos percibir de los términos “Arte” y “artesanía” . ¿Cómo ver esta confrontación? ¿ Porqué la máscara de una feria de Malí es considerada como parte de un artesanado frente a una similar “obra de arte” de Picasso?
Una posible respuesta es la del compromiso. Más allá del objeto repetido que se fabrica con fines comerciales está la de la pieza única que el artista gesta (y luego comprende) al invocar sus fueros más íntimos. Otra causa es la del objetivo. Cuando un simple carpintero “da vida” a un Geppetto, traspasa el criterio artesanal para convertir su obra en un acto sagrado.
En nuestro taller siempre propiciamos el hecho de involucrarnos con ese arcano que nos trasciende. Por eso insistimos en mirar hacia adentro. A la búsqueda personal para poder sacar lo mejor de cada quien.
En conclusión; ante la obra realizada con amor y dedicación, debemos renunciar a la potestad de “poseerla” (en cuerpo y alma). Porque ella; como un hijo, seguirá su camino por el tiempo más allá de nuestro alcance.
RS: Cuenten algo de Uds. dos
Nicole: La vida y el entorno me inspiran para poder realizar mis obras. Desde niña jugaba con barro en la chacra de San Carlos. Luego, en Bélgica continué hilvanando telas en un renovado ensueño lúdico.
De vuelta en Uruguay, a partir de las enseñanzas de los maestros, ese “mundo” de sensaciones se fue ordenando en nuevas ideas constructivas que finalmente se terminaron por expresar en un fin común.
Cuando estoy con mi pieza en la intimidad del taller es como dos personas hablándose. Se establece un “diálogo” silencioso que se vuelve comunión. Poner en el barro lo que siento y al mismo tiempo lo que éste me pide. Ese contrapunto entre el “tu y el yo” es el momento que me gusta.
Las tramas que ilustran mis cerámicas pronto se comenzaron a manifestar en mis trabajos de tela cosida. Asimismo, estos “tissus” (collages textiles) cobraron protagonismo propio y ahora esos motivos se “van de paseo” para instalarse, también, en las piezas de arcilla. El sentimiento y la geometría se confunden construyendo un nuevo lenguaje unificador.
Ricardo:
Mi infancia en el delta del Paraná me ligó a la Naturaleza. A ese lodo dúctil que el hornero, las anguilas y avispas ya indicaban como noble material arquitecto.
Mi obsesiva costumbre de “juntar cosas” me otorgó una facultad contemplativa. Aprendí mucho de ver ese “micro cosmos” que se construye a partir de íntimas vibraciones que la Tierra encubre en la “piel” de sus criaturas.
No tardé en intentar ser parte -activa- de ese “cosmos”; inventando “naves” de cáscara de bambú o sumergiéndome en ese fangoso lecho del río para verme como una extraña escultura cobriza.
Años después, en mi querida región de San Carlos, el Universalismo Constructivo esclareció muchas dudas ante todo aquello que ya pre-sentía de forma empírica.
Los maestros me brindaron la posibilidad de integrar un concierto mayor que conforma tanto lo físico como lo metafísico.
Porque cada pequeño descubrimiento es un mínimo peldaño que nos alienta para subir un poco más.
RS: Cuenten a los lectores del Portal APU.uy, una anécdota corta e ilustrativa de cada uno de Uds. que ilustre vuestra labor como artistas.
R y N: Anécdotas hay miles pero rescatamos los orígenes más simples cocinando nuestras primeras piezas en hornos de ladrillos de campo. La construcción de la primera habitación del taller (hecho codo a codo con Nicole embarazada). Paredes, techos, pisos, puertas, ventanas: todo; en aquel entonces, sin fuerza motriz, agua extraída con bomba de mano, carpintería de hacha y serrucho. Arena y piedra traída en rastra con nuestro caballo “Zarco”. Paja cortada en los bañados para la primer quincha. Abrir basalto (a mano) para usarlo como baldosas.
RS: ¿Cómo definir esta loca “cruzada idealista? ¿Es Arquitectura, Arte o artesanía?.
R y N: Nuestro Maestro Day Mán diría que: es alquimia.


