Catar, riqueza y esclavitud laboral.
Uno se puede preguntar como puede ser que un país localizado en un pequeña península con una superficie de unos 11,500 km2, muy árido, sin suelos agrícolas, sin cursos de agua permanentes, apenas unos magros acuíferos y una población muy poco numerosa, que hace 75 años eran de menos de 20,000 habitantes y que durante la primera mitad del siglo XX estaba compuesta por comerciantes, recolectores de perlas y varios miles de esclavos pudo haberse transformado en poco más de 70 años en uno de los países más ricos y tecnificados del mundo.