Roberto Saban: ¿Por qué te interesó investigar sobre este poeta uruguayo nacido en 1884 y fallecido muy joven a los 36 años de tuberculosis?

Javier Omar Costa Puglione: Me pareció oportuno investigar al poeta Manuel Pérez y Curis (1884-1920) por varios motivos.

En primer lugar, el pasado año homenajearon a la figura de José Enrique Rodó y creo que, a pesar del atraso en salir el libro, fue muy pertinente tal demora puesto que, entre otros motivos, me interesó hacer visible lo significativo que Manuel Pérez y Curis resucitara en medio de los laureles a J. E. Rodó, con quien tuvo algunas polémicas en su época, y que mi libro recoge. Están los tres números de la revista El Sagitario. Revista de combate, de Manuel Pérez y Curis, donde concentra las diferencias con el instituido J. E. Rodó y donde deja ver «otros ángulos» de él.

Por otra parte, es un autor que fue mecenas de muchísimos autores, no solo de Uruguay sino de otros países, porque mediante su revista literaria Apolo, pudo darlos a conocer. Gran difusor de la poesía de Delmira Agustini e, incluso, escribe el prólogo de Cantos de la mañana, de 1910.
    
Es un autor del que no había una biografía completa, que acopiara su intensa trayectoria vital y literaria. En esa dirección, el libro es una puesta a punto de eso, también.

Tuvo junto con Luis, uno de sus hermanos, a su cargo la librería Mercurio, una de las cruciales del Novecientos.

Inquebrantable anarquista y soñador.

Su obra poética no había sido republicada hasta ahora y la crítica literaria de Uruguay lo ha maltratado en demasía, precisamente, por haber polemizado con el canon, con lo instituido y porque su personalidad no cuajaba con lo «políticamente correcto».

En la sección de prosa, además de los tres ejemplares de la revista El Sagitario. Revista de combate, aparece una obra Prosas del conticinio, una rareza y que no está en ningún repositorio bibliográfico. Estimo que habrá sido una edición de exiguos ejemplares, distribuidos entre sus amigos (el año en que se produjo su deceso, con solo treinta y seis años).

RS: ¿Cuantas revistas fundó? ¿Cuántos libros editó? ¿Se puede acceder a sus libros en las librerías hoy?

JOCP: Con 18 años, en enero del año 1903, edita la revista La Aurora ―de pocos tirajes― así como la revista Frou-Frou, que también edita nueve meses después de la primera.
En el año 1906, empieza a editar la revista Apolo ―revista de arte y de sociología― de la que es su director y que tiene amplia vida: publica 104 números y está nueve años en circulación, hasta octubre de 1915.
En cuanto a sus libros, editó doce en vida:  siete de poesía, un libro de cuentos (narrativa) y cinco de ensayo. Uno de sus libros de poesía, aparece de forma póstuma, en el año 1940, editado por el poeta Guzmán Papini y Zás junto con su viuda, Josefina Maggi.
En referencia al acceso a sus libros, en las liberarías hoy, es muy poco probable encontrar ejemplares de sus obras. A veces, puede verse alguno de Romances y seguidillas del Plata (1940) o Arquitectura del verso (1913).
Por este motivo, me pareció muy significativo republicar su obra poética y otros textos. Es así que mi libro Manuel Pérez y Curis. Heliotropos del conticinio. Antología poética y otros textos. Comentarios críticos (2021) recoge su obra poética publicada e inédita en casi en su totalidad, puesto que son pocos los textos que quedaron fuera de la selección.

RS: A penas un pasaje en el Barrio ¨Bella Italia¨ de Montevideo lleva su nombre: ¿a qué se debe el olvido de un intelectual con ese prestigio?

JOCP: Manuel Pérez y Curis es condenado al olvido y su obra adolece el desagradecimiento y la falta de reconocimiento. Toda su obra poética no había sido republicada hasta ahora y la crítica literaria de Uruguay lo ha maltratado en demasía, precisamente, por haber polemizado con el canon, con lo instituido y porque su personalidad no cuajaba con lo «políticamente correcto».
Tanto la fuerza de sus convicciones como el hecho de haber tenido, en más de una oportunidad, diferencias con varias figuras del canon literario de Uruguay, le valieron los más que injustos silencios.

RS: ¿Qué intelectuales de la Generación del 900 promovió en sus publicaciones?

JOCP: Promovió las publicaciones de varios intelectuales de la generación del 900, tales como: Delmira Agustini, Justo Deza, Roberto de las Carreras, Emilio Frugoni, Raúl Mendilaharsu, Pablo Minelli González, Alberto Nin Frías, Guzmán Papini y Zás, Juan Picón Olaondo, Carlos Sábat Ercasty, Fernán Silva Valdés, Emilio Trías Du Pré, María Eugenia Vaz Ferreira, entre otros.

RS: ¿Algún fragmento que nos puedas incluir - para el Portal APU.uy- que ilustre su estilo?

JOCP: Sí, dos poemas (sonetos), bajo el título «Ego», del libro El poema de los besos. Albas sangrientas (1912)

                                  I

      Yo soy un insondable soñador y un hermético,
      pero no a la manera de los bardos triviales
      y frívolos que juzgan sus acciones geniales
      e ideal la extravagancia de su vivir poético.

      Hay en mi libro de horas, descarnado y sintético,
        himnos a la divina Verdad y a los ideales
      del luchador que forja bellezas inmortales
      y el soñador que lucha, convencido y frenético.

      Hoy que el poeta rinde culto a la apostasía
      y homenaje a esos legos, encumbrados señores,
      yo, solo, como el último proletario que ansía

      vivir de sus esfuerzos, lucho entre, dos horrores:
      ¡La ambición de los líricos cortesanos del día
      y el afán de los necios que les arrojan flores!

                                II

      Rebelde a la mundana vanagloria y al rito
      imperial de los émulos de Longin y Aristarco,
      solo y sin mezquindades yo conduzco mi barco
      de ensueños y quimeras en pos de lo infinito.

      La fórmula de todo por el arte es un mito
      y aquel que la sustenta revuélcase en el charco.
      La esclavitud no cabe de mi vida en el marco;
      yo amo más el poema vivido que el escrito.

      Es más pura y más noble la conciencia de un mozo
      de cordel, dueño único de su propio albedrío,
      que la de tanto artista que, fingiendo un sollozo

      conmovedor, evoca su libertad perdida.
      ¡La libertad y el arte, como la fe y el brío,
      acrisolan el alma y ennoblecen la vida!             

RS: ¿Dónde está enterrado, has visitado su tumba?

JOCP: El poeta Manuel Pérez y Curis muere en la ciudad de Montevideo, el día lunes 22 de noviembre de 1920, a los 36 años, a consecuencia de una cruel «tuberculosis pulmonar», según consta en el testimonio de partida de defunción y que le arrebata la vida tempranamente. Sus restos mortales se encuentran en el sepulcro n.º 86 del Cementerio del Buceo, en Montevideo.
Visito su tumba, como la de otros artistas, con cierta regularidad.
 

Javier Omar Costa Puglione es profesor de Literatura, egresado del Instituto de Profesores «Artigas» (IPA). Obtiene el título de Magíster en Estudios Avanzados de Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Barcelona (UB) con una tesis sobre la poesía de Sara de Ibáñez.
Publica Geometría de la sangre —poesía— en 2012; en 2014, en coautoría, Enfoques críticos. Delmira Agustini. Llagas de luz: entre teutónicas sierpes y tormentosos cantos del bulbul —ensayo—; en 2016, Agonía del impulso —poesía—. En 2018, en coautoría también, El tobogán solitario, en el que recoge la obra poética dispersa y otros textos de la poeta Edgarda Cadenazzi —compilación y prolegómeno—. En 2021, Manuel Pérez y Curis. Heliotropos del conticinio. Antología poética y otros textos. Comentarios críticos —antología de la obra poética del autor y comentarios generales de su obra—. Y, en 2022, Hélices de pájaros… y tirarse por el plano inclinado de la vida —novela—.
Participa en congresos y simposios de crítica literaria tanto en Uruguay como en el extranjero.
Actualmente, ejerce la docencia en enseñanza media, tanto en Secundaria como en UTU.