Roberto Saban: ¿Cuantas personas han incorporado en este proyecto dentro de las cárceles?

Gabriel Camilo: Hay bastantes. En los talleres son 6 en cada uno, o sea ahí son 12 personas. Funcionamos en la Cárcel de Punta de Rieles y en la Unidad de Detención de Campanero en Minas.

Además, ya han salido varios y están expectantes de tener algo real. Necesitamos un lugar físico. Si tuviéramos ese lugar, salen de la cárcel y con un par de colchonetas los acomodamos. Conseguimos harina y salen a vender tortas fritas y pasteles. Tenemos que darles actitud y herramientas. Le buscamos la vuelta para que salgan de ese lugar en que estaban.

No le puedo dar mi teléfono a todos los que salen para que me llamen, por eso necesitamos un lugar. Tenemos la logística, somos una Fundación anotados en BPS y en la DGI, solo nos falta el local y herramientas. No pedimos donaciones. Queremos herramientas para laburar. Hay mucho talento adentro de las cárceles.

RS: Hablando de talento, Víctor, vos decías que no eras dibujante y ahora sos ilustrador de libros infantiles. ¿Cómo aprendiste?

Victor Alfonso:  Es la necesidad. No era profesional. Si queres hacer las cosas bien, ahí tenes el tiempo para hacerlo. En la cárcel hay tiempo para meditar. Fui mejorando, al principio era muy rudimentario. No tenía los materiales ni las comodidades. Quizás ese es el mayor mérito. Es complicado todo ahí. No hay ni una fotocopiadora. Solo con una hoja de papel y la pasión.

Era todo lo que teníamos para hacer. El resto de los presos nos decían que estábamos locos. Mas cuando Camilo les decía que esos libros iban a estar en todas las escuelas.

Estábamos metidos en algo que se podía hacer.

RS: ¿Cuantos libros ilustraste tú?

VA: La Ballena Griselda y otros que están por salir. Yo cuando salí de la cárcel me abrí, hice otra cosa y hace poco me volví a juntar con Camilo. Pero me encontré que lo que yo había hecho dentro de la cárcel, lo que yo había ilustrado, no se olvidó quien lo había hecho. Él podría haber puesto su nombre, pero acá esta mi nombre en el libro.

Hay otros libros que ilustré que todavía no hemos publicado, están en el tintero.

GC: Quiero mencionar que él también escribe. Hay dos títulos escritos por Víctor.

¨La anaconda vegetariana¨ y el ¨Pomelos Solitario¨. Dibujó uno que escribí yo ¨El Caballo de Repente¨. Acá hay talento y hay corazón.

Víctor ahora está a cargo de un merendero en el Barrio Marconi. Yo fui a buscarlo hoy y vi como 60 niños de la mano entre el barro lo seguían. No sabes la experiencia que fue, vine con el alma llena de verlo.

RS: Les quería preguntar por la viabilidad comercial del emprendimiento.

GC: Se pueden vender nuestros libros, el tema es que con la ley de Inclusión Financiera, toda la gente anda con el plástico y no tienen efectivo en la calle. Se nos complica, no tenemos cuenta en el banco, no sabes el viaje que nos está llevando eso.

Se nos hace difícil llegar a cubrir las expectativas que generamos en los privados de libertad. Tenemos que tener cuidado porque ellos están esperando, los presos siempre están esperando. No podemos generar expectativas que no podemos cumplir. Necesitamos materiales, una laser, una casa, un lugar físico, nos vemos muy limitados sin eso.

No nos den guita, preciamos esas cosas y ahí si vamos a poder tener una cuenta bancaria y poder funcionar como cualquier empresa u ONG que se mueve normalmente en el comercio.

RS: ¿La venta no la podrían hacer por librería u algún otro medio?

GC: Esto es todo cuerpo a cuerpo. Soy el único que vende. No tenemos equipo de venta, ni logística. Nos falta el lugar físico. No podemos pararnos en una esquina o frente a un boliche a vender. Tenemos que hacerlo bien. En el mundo de la cárcel todo está atado con alambre. No podemos hacer lo mismo. Hay que hacerlo seriamente porque si yo pierdo contacto por unos días con uno de estos pibes recién salidos terminan en una boca.

No quiero que eso pase y se nos pudra. Nos cuidamos mucho, somos muy celosos, nos costó mucho sacrificio armar esto. Si tuviéramos un local podríamos hacer todo el circuito de venta de libros.

RS: ¿Hay algún contacto si alguien quiere comprarles?

GC: Si por Instagram nos encuentran como NUIESTOS HIJOS NOS ESPERAN o al celular 098 454 283. Te cuento una novedad, el jueves comenzamos una capacitación en la Facultad de Ingeniería de diseño en laser. Nos van a enseñar a industrializar nuestros libros de madera para poder tener recursos propios. La gente nos pide esos libros de madera, ha generado mucha expectativa en los niños. No lo decimos nosotros, esa es la devolución que nos hizo Enseñanza Primaria.

RS: Interesante que recibieron un reconocimiento de la máxima autoridad del país en Enseñanza Primaria.

GC: Exactamente.

RS: Víctor una reflexión final para cerrar la entrevista

VA: A veces se subestima al que esta privado de libertad. Hay gente que se lo merece y otros que están presos por un accidente de tránsito. Esa gente no deja de existir por estar en una cárcel, hay que dejar de banalizarlos, no murieron, tienen un lazo directo con el afuera. Hay madres, padres, hijos que los esperan.

Muchas veces la cárcel no reforma ni mejora a nadie, hay que trabajar en eso para una mejor sociedad.

RS: Tu Gabriel, que reflexión final

No tengo mucho para agregar después de lo que dijo Victor.

Te cuento que una vez escuché a un gitano -en un calabozo que yo estaba en la Dirección de Seguridad de Madrid, pronto para ir preso a la Cárcel de Carabanchel- que me dijo: ¨En la puerta de la cárcel está escrito con carbón EL QUE ES BUENO SALE MALO Y EL QUE ES MALO SALE PEOR¨.