Franco “Fran” Portillo sintió alegría cuando desfiló y fue electa princesa en la fiesta del verano palmirense, después vino la discriminación. Un tema que merece análisis.
El Portal APU.Uy se contactó con el psicólogo Agustín Romano, que entre varias áreas a las que se dedica, cuenta a los pacientes transgénero.
- ¿Por qué algunas personas se encendieron con críticas negativas y hasta perversas, porque desfiló una chica trans, que a su vez, resultó electa princesa?
-Lo primero que hay que entender es que toda sociedad tiene ciertos modelos o estructuras de pensamiento que vienen de mucho tiempo atrás. Cuando algo desafía esos modelos -como en este caso una mujer trans participando y ganando en un certamen tradicional-, se generan reacciones. Esas reacciones pueden ir desde el apoyo hasta el rechazo más visceral.
-¿A qué responde la discriminación?
A la falta de información, al miedo a lo que se percibe como diferente y, muchas veces, a prejuicios muy arraigados. Hay gente que siente que esto “rompe” con su idea de cómo deberían ser las cosas. Pero la realidad es que estamos en un mundo que cambia, y estas discusiones son parte de esos cambios.
Además, hay que considerar que en muchos casos el rechazo no es tanto hacia la persona trans en sí, como hacia lo que representa. Para algunas personas, aceptar esta participación y este triunfo es aceptar que el mundo que conocían está cambiando, y eso genera resistencia. Pero la realidad es que la inclusión no le quita nada a nadie, sino que amplía derechos y oportunidades para todos.
-En el mundo adulto –no entre los jóvenes-, lo que más se comenta de ‘Sol, arena y algo más…’ esta semana posterior, es la participación de la chica trans…
- Y eso dice mucho. Las generaciones más jóvenes crecieron con una visión del mundo más diversa, con más acceso a información, con más contacto con personas trans en distintos ámbitos. Para ellos, no es tema. No porque no les importe, sino porque lo ven como algo natural.
En cambio, en generaciones anteriores, la visibilidad de las personas trans fue casi nula y cuando aparecían en los medios, era bajo estereotipos negativos. Entonces, para muchos adultos, esto sigue siendo algo “nuevo”, algo que cuestiona lo que aprendieron de chicos. Y cuando algo desafía lo que creemos conocer, reaccionamos. Algunos con curiosidad y aceptación, otros con rechazo.
Pero lo interesante acá es que, aunque hoy parezca una polémica, en unos años esto será parte de la normalidad. Lo que hoy es tema de debate, en el futuro será solo un recuerdo de cómo la sociedad fue evolucionando. Y ahí es donde los jóvenes tienen un rol clave: ellos no solo están marcando el futuro, sino que ya están viviendo ese cambio en el presente.
-El público sigue, por ejemplo, a los mediáticos Petru Valensky, Sergio Puglia, a la argentina Florencia de la V… ¿por famosos? ¿Porque no son pobres o negros?
-Ese es un punto interesante. La fama y el estatus social muchas veces funcionan como una barrera contra la discriminación más directa. Una persona famosa tiene un nivel de reconocimiento que la protege un poco de ciertos ataques, aunque eso no significa que no enfrente discriminación de otras maneras.
Pero cuando hablamos de una persona trans en un certamen local, la reacción es diferente. Es más fácil criticar, más fácil atacar. Porque no tiene esa “protección” que da la popularidad o el dinero. Y ahí es donde se ve lo más crudo de la discriminación: cuando no hay un “escudo” mediático o económico, se vuelve más evidente quiénes son realmente los más vulnerables en nuestra sociedad.
Y esto no solo pasa con las personas trans, sino con cualquier grupo históricamente discriminado. Mientras más expuesta y más cercana sea una persona a la realidad cotidiana de la gente, más fácil se vuelve para algunos atacarla, porque sienten que tienen derecho a opinar sobre su vida. En cambio, cuando esa misma identidad o expresión está en alguien famoso, la reacción suele ser mucho más tibia. Eso demuestra que la discriminación no es solo por la identidad de género, sino también por el nivel socioeconómico y la visibilidad en los medios.
Él es…
Psicólogo Agustín Romano (43). Es perito oficial integrante del cuerpo de psicólogos del Instituto Técnico Forense del Poder Judicial de Uruguay. Licenciado en Psicología y Magíster en Psicología Criminal y Forense, cuenta con formación en perfilación y contraperfilación criminal, y ha combinado su formación académica con una carrera en el ámbito judicial, donde se especializa en la evaluación psicológica en casos legales. Ha realizado asesorías en varios casos, habiendo adquirido algunos notoriedad en la opinión pública local. También ha brindado asesoramiento a nivel internacional para la Universidad de San Diego, California. Es autor de los libros: “Éxtasis Letal: Criminales Psicopáticos en Uruguay” (Fin de Siglo) y “Ambición Mortal: uruguayos de mentes criminales” (Chiado), en los cuales explora temas de psicología criminal y el comportamiento humano en contextos extremos. Ha ejercido como docente en temas de su especialidad para Uruguay, Bolivia y México y participado como conferencista a nivel nacional, e internacional.


