En las Salas de arte I y II del espacio Carlos Federico Saez del MTOP, frente a la Plaza Matriz, se expone una retrospectiva de este alumno de la Escuela Torres García en el marco de la muestra EL MAESTRO Y LOS COMPAÑEROS DE GURVICH EN EL TTTG.
Se trata esta de una movida cultural que abarca varios museos: Cabildo, Museo Gurvich, Museo Torres García, Sodre y esta sala Carlos F. Saez.
El Portal APU.uy la recorrió con la curadora Magalí Pastorino
Roberto Saban: Pepe Montes fue un gran docente. ¿Podrías contarnos como era su estilo docente y que renombradas personalidades fueron sus alumnos?
Magali Pastorino: Pepe Montes (1929-2001) fue un notable docente de dibujo y pintura.
Por sus clases de taller en Montevideo pasaron varios jóvenes que, con su orientación, lograron encontrar un sentido en la práctica artística, incluso una poética. De su mano, algunos de ellos profundizaron en su vocación artística. Los más conocidos fueron Fermín Hontou (Ombú) – quien destacó su pasión contagiosa por la pintura y su vocación por desentrañar la estructura de los cuadros clásicos y vanguardistas --, Virginia Patrone – cuya tutoría fue muy importante para “evolucionar” en su pintura –, y Gabriel Bruzzone – quien siguió las clases que impartió Montes en la Casa de la Cultura del Prado (Intendencia de Montevideo), en el Círculo de Bellas Artes y en las que ofreció en sus distintos domicilios tratando de desentrañar el “extraño” mundo del arte.
La enseñanza de Montes no deja de tener la impronta de su mentor, Augusto Torres, y de la doctrina torresgarciana que aprendió en el Taller Torres García.
Se basaba en el ejercicio continuo del dibujo y en un modo de ver el modelo, desde una lectura simbólica y constructiva, que se trasladaba al entorno inmediato.
En la propia obra expuesta de Montes se lo puede ver: apuntes y bocetos, desnudos (o “figuras”) paisajes camperos y urbanos, retratos, y pinturas constructivas.
De manera respetuosa, Montes guiaba al estudiante a que su vista reparara en la estructura del modelo, no en su aspecto literal. Si bien el ejercicio arduo del dibujo llevaba a que sus clases fueran muy exigentes para quienes tomaban el arte como una actividad ociosa, varios de quienes fueron sus discípulos señalan que consiguieron tener un modo de ver el modelo (y el mundo) especial, que a muchos apasionó, y les sirvió para conectar con su vocación artística.
Según nos contó su hijo José Montes Crevoisier, hubo muchas veces que – ante el fracaso de algunos de sus alumnos en el dibujo o la pintura – el artista cuestionó su capacidad de enseñar e intentó dejar la enseñanza. No obstante, volvía a ella. Y su pasión era contagiosa.
RS: En tu investigación curatorial encaraste la biografía de la artista entrevistando familiares, amigos y alumnos. ¿Qué personalidad surge de esos testimonios?
MP: En esta investigación construimos dos períodos para estudiar su vida y obra. En el primero, la vida de Montes transcurre entre el campo y la ciudad, el sostén económico se originaba de la actividad del campo ; y en el segundo, el artista abandona la actividad del campo, fija su residencia en Montevideo, se concentra en la producción y enseñanza del arte, y su sostén económico se basa principalmente en las clases de dibujo y pintura.
La investigación de la vida y obra del artista se basó fundamentalmente en la lectura de documentos y entrevistas a familiares (en particular a los miembros de la familia Montes Crevoisier), discípulos, y amigos. Consideramos que este es un modo de encontrarnos con el artista que nos sirve para comprender su obrar artístico mostrando otra faceta: no fijada en la obra aislada como producto final de un proceso creativo, ni solamente determinada por un contexto socio-histórico.
De esta manera, intentamos trasladar la significación del arte al lugar donde se origina: el mundo fáctico, el de la vida cotidiana.
Ahora bien, de esta manera ¿es posible deducir la personalidad del artista? No podemos responder afirmativamente a esta pregunta, pero sí podemos recuperar a través de las palabras (amorosas) de los entrevistados algunas notas de su carácter: campechano en el trato con los demás; obsesivo y tenaz en procura de que el arte constructivo sea entendido por todos; reflexivo, exigente y perfeccionista con su obrar artístico y con su forma de enseñar.
RS: ¿Cuales eran los temas predilectos de Pepe Montes y que personas retrataba?
MP. El lugar del retrato en su obrar artístico es muy importante y novedoso al trasponer el modelo al lienzo, siguiendo los principios estéticos constructivos, sin perder la profundidad emocional de las personas retratadas.
Algunos de sus retratados fueron sus hijos. Hay una anécdota muy interesante que nos contó Martha Crevoisier (ex-mujer de Pepe Montes) a propósito del retrato de una de sus hijas, cuando era pequeña, porque nos brinda un rasgo del obrar del artista.
En aquella oportunidad, la niña había sufrido un accidente por el que tuvo que guardar reposo por un tiempo, y retratarla fue una manera que encontró el artista de acompañarla en su convalecencia. Martha nos contó que Pepe Montes, inmerso en la labor artística, no dejaba de ajustar el dibujo que ya estaba inmejorable: borraba y dibujaba arriba, una y otra vez. Tal situación era desesperante para Martha, que veía en el borrar y dibujar un estancamiento en el proceso del retrato, por lo que le pidió a su hija que le dijera a Montes que ya se había aburrido de posar. De esta manera, Montes podía continuar con el retrato.
En esta escena se puede ver la búsqueda de perfección del artista en procura de trasponer el modelo (y sus particularidades) a los principios estéticos constructivos (universales).
El encargo más importante fue el que le hizo la Biblioteca Nacional en 1972 de una serie de retratos de escritores uruguayos. Las fotografías de los retratos de Enrique Amorín, Francisco Espínola, Antonio Lussich, Juan Carlos Onetti, Fernán Silva Valdés, y Alberto Zum Felde se pueden apreciar en el sitio web de la Biblioteca que los tiene en acceso
RS: Su vida familiar fue muy dinámica y cambiante. ¿Cuántos hijos tuvo?
MP:Es un gran desafío tematizar acerca de los enlaces y compromisos amorosos que mantiene en vida una persona, ya fallecida, y hacer un resumen. Además, ¿cuál sería la significación que del resumen de eventos podría deducirse? No obstante, otras cronologías realizadas en catálogos del pintor nos autorizan a repetirlos en este texto.
En 1951, el mismo año que ingresa al Taller Torres García, se casa con Julia Elena Storm, hermana de Juan Storm, pintor que ingresó al Taller algunos años después. Con ella tuvo tres hijos, Margarita, Enrique y María Isabel. El niño falleció de muy pequeño y fue muy doloroso para el artista.
En 1960 se casó con Martha Crevoisier, con quien tuvo a Mariana, Ximena, Martía Martha, José Luis y Lola. La exposición se realizó principalmente con la obra legada por el artista a sus hijos Mariana, Ximena y José Luis, que hoy forma parte del acervo de la Fundación Gurvich. Gracias a ellos pudimos acceder a las notas afectivas de cada apunte, boceto y obra (terminada) de Pepe Montes.
En 1988 se casó con Silvia Schaich, y a fines de los años noventa, se unió sentimentalmente con Mirtha Cazet con quien estuvo hasta su muerte en 2001.
RS: Hemos leído en el catálogo que tú hablas de que la doctrina torresgarciana y el oficio del artista deben ir en consonancia. ¿Podrías explicarnos un poco mas esto?
MP: Del estudio de algunas biografías de artistas que se formaron en el Taller Torres García después de la muerte de Joaquín Torres García, se deriva que el Taller a través de la enseñanza del arte constructivo proveyó a cada uno de los discípulos un espacio personal de libertad donde afianzar una ética que orienta el comportamiento en la vida cotidiana.
Fue una práctica espiritual que intentaba hacer visible lo trascendente (lo universal, abstracto, cósmico, espiritual) en lo particular. Dicha práctica no quedaba aislada puntualmente en el espacio del taller.
Pues el orden que perseguía la doctrina torresgarciana, y la variación que cada artista encontraba, se trasladaba a la vida cotidiana en procura de unir las esferas del arte y la vida, donde cada objeto, gesto, y conducta se correspondía con el principio estético de unidad en la diversidad.
En este sentido, para Montes, el compromiso con el arte le llevó a tomar la decisión de vivir exclusivamente del y para el arte, y que este (en su objetividad y libertad) fuera la pauta de su vida, desdeñando otros modos de vida y de relación con el entorno social.
---------------------------------------------------
Magali Pastorino (Montevideo, 1973) es Licenciada en Artes Plásticas y Visuales, en Psicología, y Magister en Psicología y Educación por la Universidad de la República. Es profesora del Instituto de Bellas Artes de la Facultad de Artes (Udelar).
Sus principales líneas de investigación se desarrollan en los ejes Prácticas artísticas, subjetivación, y enseñanza artística universitaria. Tiene varios artículos publicados en revistas especializadas y libros así como también comunicaciones en congresos regionales e internacionales.


