Gerardo nació en Montevideo en 1961, donde vive y trabaja. Estudió en el taller de Nelson Ramos (Centro de Expresión Artística, CEA). Es profesor adjunto de la Licenciatura en Diseño de Comunicación Visual de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Udelar).
Roberto Saban: ¿En que momento y circunstancias de tu vida comenzó a ser el arte el camino de tu deseo creativo?
Gerardo Goldwasser: Estaba por terminar preparatorios y pretendía entrar a la Facultad de Arquitectura. En aquel tiempo venía haciendo algunas cosas de artes visuales y conversando mucho con algunos amigos que ya eran artistas, y me interesaba cada vez más.
También realicé trabajos de diseño paralelamente, y finalmente decidí no seguir arquitectura y dedicarme más al arte, pero la arquitectura siempre me siguió interesando.
Estábamos llegando a la democracia de nuevo y había muchos escenarios donde diferentes expresiones empezaban a volver a ser más visibles, por suerte, y el de las artes visuales me interesó mucho poder participar.
Yendo más al punto, encuentro en los años 85, -en su taller de sastrería de Montevideo-, los manuales de uso que utilizó mi abuelo en el campo de Buchenwald, en Alemania para confeccionar uniformes a cambio de poder sobrevivir.
Esto impulsó de manera muy fuerte y direccionó mis proyectos, además del periodo de estudios en el taller de Nelson Ramos, que fue muy importante.
Pero al tomar contacto con los manuales, el tener conversaciones con mi familia, el presenciar el funcionamiento desde niño del taller de sastrería, y convivir en esa casa-taller, conociendo a su vez muchísimas personas que por allí pasaban, fue hermoso.
De niño observaba continuamente el trabajo de mi familia, y recuerdo la presencia de mi abuelo, de adolescente interactuaba-ayudaba con mi padre y mi tío, en el taller, y un poco más adelante, comenzamos a construir juntos proyectos de arte.
RS: Sos profesor adjunto de la Licenciatura de Comunicación Visual de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República. ¿Contanos a los lectores del Portal APU.uy el contenido que intentas este año transmitir a tus alumnos?
GG:La materia que trabajamos en la facultad se llama Sintaxis y Lenguajes Visuales. Es una asignatura de la Licenciatura de Comunicación Visual.
Tiene este nombre de tres palabras, pero en el fondo se trata de la morfología del diseño. Mi interés es poner en práctica para reflexionar sobre el diseño, dos de mis actividades profesionales: el ser artista y diseñador.
Los estudiantes observan y revisan imágenes de obras de arte en una lista sugerida de artistas contemporáneos y de otras épocas, de diferentes partes del mundo, todos muy diversos.
Terminada esta etapa construimos diferentes proyectos de diseño durante todo el semestre. Los ejercicios van desde simples observaciones de reconocimiento de sensibilidades en estas obras, como ser: la forma, el color, la composición etc, hasta propuestas de otras características más complejas como diferentes dispositivos, o proyectos de arte político, activista, y de múltiples significados.
RS: ¨Persona¨, es el nombre de la muestra que representó al Uruguay en la 59 bienal de Venecia. ¿Son varias las propuestas que hiciste dentro del mismo espacio dentro del Stand Uruguay, podrías describirlas e ilustrarnos que ideas intenta transmitir la muestra?
GG: Si, la instalación Persona la conforman cinco obras si contamos la performance realizada por Demis Marin, el sastre que tomaba las medidas al público. El proyecto está inspirado en las etapas intermedias de la confección de indumentaria y en algunos objetos de medición, que son parte de esa profesión.
El otro escenario de trabajo fue el tema de la Bienal, planteado por Cecilia Allemani, la curadora. La leche de los sueños, (título de un libro que leía Carrington a sus hijos en las noches,). Decidimos con Laura y Pablo que el vínculo con el tema de la bienal sería, la relación, la presencia, la reflexión sobre los cuerpos.
En el acceso de la sala podías encontrar un pallet de madera en el piso, haciendo L con un espejo vertical en la pared.
El público podía subir, “verse y medirse” visualmente, acompañado de los reflejos de la vegetación de los Giardini. Esta obra está inspirada en los probadores, y su titulo fue: medidas directas.
Ya entrando en la sala te encontrabas sobre uno de los muros, con una fila de 50 mangas confeccionadas instaladas pendiendo de alfileres, título: El saludo.
Sobre esa misma pared al final apoyada en el piso, la obra: medidas rígidas, una pequeña regla de madera con intervenciones en barniz brillante. En el espacio central la instalación: mesa de corte, 18 bobinas de fieltro negro de gran formato, con mesas de moldes blancos incorporadas entre los rollos y en su parte exterior.
Esta última obra inspirada en las mesas de corte que vemos habitualmente en los talleres de sastrería, donde los paños se superponen y en el último de arriba van colocados moldes para el corte, de la “encimada”.
Esta forma de trabajo en los talleres de sastre tiene una última etapa que consiste en empaquetar y hacer un rollo para la confección. Finalmente, la performance de Demis, midiendo los sectores de los cuerpos del público que aceptaba participar en esta experiencia muy sutil llevándose sus medidas de regalo, en un fragmento de papel.
Persona es una instalación en blanco y negro, claramente el color está ausente. El color lo aporta el espectador entrando al pabellón poniendo en contraste con su ropa, la que decidió ese día ponerse.
Persona ve a la indumentaria como una máscara, el significado viene del teatro griego que quiere decir, máscara del actor. Consideramos en este proyecto a la vestimenta como una máscara.
Entendimos que la obra pretende hablar en defensa de lo individual, de cada uno de nosotros. Por eso la instalación propone un encuentro entre dispositivos de mensajes sobre la uniformización, los patrones para repetición, la producción en masa, y un ser humano único.
Una característica que me interesó proponer en la exposición fue que las obras funcionaran por separado y en conjunto a la vez reunidas bajo un relato.
Además, que la sensación que tuviera el espectador fuera de encontrar obras que no están “terminadas”. Es decir, ver objetos que, construidos e inspirados en los procesos de confección de la sastrería, como ser una mesa con patrones, una linea de mangas tengan latentes un mensaje.
Esto también ocurre con la tomadura de medidas del sastre, o con mirarse al espejo, al decir de Pablo Uribe (uno de nuestros curadores) que el espectador se fuera del pabellón con una experiencia particular, con algo que le retumbara en la cabeza. Un espectador activo.
RS: Hablemos del equipo curatorial que te acompañó a Venecia y las anécdotas que rodearon ese montaje.
GG: El equipo que me acompañó no podría haber sido mejor, me sentí muy afortunado. Por un lado, la incorporación de Laura Malosetti, muy conocida internacionalmente, importante investigadora-historiadora, curadora, escritora, jurado de envíos argentinos anteriores a Venecia, decana de la Universidad de San Martín, y un encanto de persona.
Pablo Uribe uno de los artistas contemporáneos uruguayos más importantes, que ya representara como artista a Uruguay en Venecia en edición anterior, y que conozco hace 30 años.
Nuestra amistad y admiración por nuestro trabajo es mutua, permitió con Laura preparar el concurso durante mas de un año de anticipación, fue inolvidable. Otro excelente profesional que estuvo trabajando en la logística de la construcción de la instalación fue Niklaus Strobel. Estuvo a cargo del montaje general en Venecia, y también de un montaje piloto que hicimos en Montevideo, con un prototipo en el Instituto Nacional de Artes Escénicas. Diseñó una máquina de enrollar con unos rodamientos que se montaban en andamios de hierro, y Pablo le llamó: la máquina infernal.
De anécdotas que me preguntas, podría mencionar muchas, una puede ser el estado físico que terminamos teniendo los tres, en el montaje de la instalación, las bobinas de tela pesaban 300kg cada una, había días que teníamos que moverlas, enrollar, desenrollar, y montarlas una encima de las otras, ayudándonos los tres. Con ese esfuerzo físico contrarrestábamos mucho el frío en Venecia. Otra anécdota podría ser que Niklaus nos sorprendió a todos con su cocina gourmet, muchas noches en el departamento.
RS: Has representado al Uruguay también en l I Bienal Internacional de Arte de Panamá (2013); IX Bienal Internacional de Cuenca (2007), II Bienal de Grabado del Mercosur, Buenos Aires (2000), VI Bienal de La Habana (1997), y I Bienal de Artes Visuales del Mercosur, Porto Alegre (1997). ¿Ha habido un denominador común en todas ellas, o se trató de inspiraciones temáticas diferentes?
GG: El denominador común en todas ellas fue que representé a Uruguay en esas bienales en forma colectiva. Es decir, un grupo de artistas uruguayos formábamos parte del envío a estas bienales.
La diferencia con Venecia fue la participación nacional en el pabellón de Uruguay en los Giardini, pabellón que tenemos en propiedad desde los años 60.
Con respecto a las inspiraciones, podría comentar que recuerdo las visitas en aquellos años de los curadores a cargo de esas bienales, y en algunos casos me invitaron y propusieron llevar obra que estaba produciendo en ese momento, que podía tener vínculos con el tema de esa bienal en particular, y en otras oportunidades, me pidieron un proyecto específico nuevo.
Pero en casi todas las participaciones la invitación se daba por participar generalmente en alguna bienal anterior.
RS: Como se enhebra tu trabajo creativo con la memoria de episodios traumáticos que sufrieron integrantes de tu familia en la II Guerra Mundial
GG: Se vincula fuertemente con la decisión que tuve hace años de realizar obras de arte, con la participación de mi familia. En lo visual, los objetos de la sastrería, fueron y son, los protagonistas.
Esta profesión salvó la vida de mi abuelo, confeccionando uniformes en el campo de Buchenwald, en Alemania.
También fueron las profesiones de mi padre y de mi tío, si tomamos la idea metafórica de enhebrar, con un hilo.
Podemos decir que se vincula con mi abuelo a partir del estudio de sus manuales de sastrería utilizados en Alemania.
Con mi padre, en la co-participación de la construcción de muchas instalaciones y procesos de preparación de materias primas como paños, moldes, cortes, y elementos de medición.
Con mi tío, en la performance de la serie de fotografías en blanco y negro, donde las posiciones de su cuerpo describen mediciones para una indumentaria. Todo esto, contribuye en la actualidad a proyectar obras de arte contemporáneo, donde a su vez pretendo construir dispositivos con diferentes mensajes.
Los objetos de la sastrería según el caso, tienen una visibilidad ineludible, y en otros momentos, en otras obras están sugeridos, y se inscriben a su vez en formulaciones que conviven con otros objetos además de los de la sastrería.
La sastrería me dejó cosas maravillosas, alguna de las mas importantes, me enseñó a dibujar de otra forma.
En esta profesión el dibujo está al servicio de construir algo posterior. Es decir, no te convierte en dibujante virtuoso, que no tiene nada de malo, pero me interesa de esta forma donde cualquiera puede plantear un dibujo, el perímetro de un molde, como parte de algo constructivo, y esa forma de dibujar se la puede aplicar a varias formas de expresión en la sastreria, la tiza, el hilo, la regla, la puntada, las marcas en papeles, etc todos contribuyen para una forma de dibujar, de alguna manera.
RS: ¿En qué proyecto creativo te encontras en este momento?
GG: En este momento estoy estudiando el ofrecimiento de exponer Persona en otro lugar, veremos..
Breve curriculum
GERARDO GOLDWASSER
Nació en Montevideo, Uruguay, en 1961, donde vive y trabaja.
Estudió artes visuales en el taller de Nelson Ramos. En el Museo
Nacional de Artes Visuales, en 1987 elaboración de papel artesanal con Lawrence
Baker, director del Barcelona Paper Helkshop, España, y en 1985, grabado en metal con David
Finkbeiner, profesor del Manhattan Graphics Center of New York y el Pratt Institute of New
York. Es profesor adjunto de la licenciatura en Diseño de Comunicación Visual de la
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Udelar).
Realizó residencias: Ateliers Internationaux du Fonds Régionaux d’Art Contemporain-Frac
des Pays de la Loire, Nantes (1996). Obtuvo la Beca Fundación Pollock-Krasner, New York (2001); el Segundo Premio en la II Bienal de Grabado del Mercosur, el Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires (2000); el
Premio Paul Cézanne (1997) y el Gran Premio Bienarte III, Alianza Cultural Uruguay-Estados
Unidos (1990-1992). Recibió el Primer Premio en el 51.er Salón Nacional de Artes Visuales, Montevideo (2003);
Primer Premio en el 50.o Salón Nacional de Artes Visuales, Montevideo (2002), Primer Premio en el 51.er Salón Municipal de Artes Visuales, Montevideo (1999)
Ha representado a Uruguay en bienales de artes visuales:
59 Bienal de Arte Contemporaneo de Venecia ( 2022)
I Bienal Internacional de Arte de Panamá 2013 (2013)
IX Bienal Internacional de Cuenca (2007)
II Bienal de Grabado delMercosur, Buenos Aires (2000)
VI Bienal de La Habana y
I Bienal de Artes Visuales del
Mercosur, Porto Alegre (1997)


