13 de Junio del 2022
Juan Martin Fuentes Fagundez
Hambre, educación, municipio F
Adolescentes pasan hambre en el municipio F
Olla Popular
Foto: Adriana Deambrosi

Docentes de Montevideo del Municipio F advierten acerca de la situación socioeconómica grave que viven algunos  adolescentes que no tienen suficiente alimentación y abrigo. Esto surgió de una investigación del Programa Integral Metropolitano (PIM).

Múltiples docentes han puesto en evidencia la situación de escasez alimentaria que están pasando los adolescentes en la ciudad de Montevideo, destacando al municipio F. El programa Integral metropolitano de la Udelar ha hecho una investigación que demuestra que durante la pandemia, fueron los colectivos docentes que se vieron obligados a asistir en la distribución de canastas de alimentos y que esta situación solo se agravó en la post-pandemia.

El Psicólogo Agustín Cano, docente, investigador e integrante del PIM ha mencionado en una entrevista en “El Espectador” que aunque haya 26 ollas en el municipio F, estas no basta para lidiar con la situación de hambruna que está pasando el municipio F. Adicionalmente, de parte de las instituciones educativas, no hay una cobertura alimentaria en secundaria a diferencia de primaria para solucionar este problema que se enfrenta a diario los docentes, estudiantes y familias. Cano explica que “es muy común que los docentes compren de su bolsillo un alfajor o una medialuna para los alumnos” demostrando que muchos alumnos dependen de la ayuda que les brinda los docentes.

“Hablamos de un país de 3,5 millones de habitantes que produce alimentos para casi 20 millones de personas y hay gente que pasa hambre”

Por añadidura, la Presidenta del sindicato de UTU-AFUTU Mabel Mallo informó en una publicación que “hay hambre en escuelas , Utus y liceos”, y  “que ponen menos comidas en los preescolares para que el más grande pueda comer un poco más. Agrega  “Que los niños están tristes, que algunos sufren frío. Que los docentes de Paso Carrasco arman cajas con frutas para que los gurises se sirvan”. Adicionalmente la situación crítica también se extiende a la falta de abrigo: Chiquilines con los zapatos rotos, con buzos finitos, con pantalones agujereados. Ni que hablar de venir sin camperas”.

Además de esto Cano crítica la idea de un cambio educativo si se toma en cuenta factores extraescolares como el hambre que tienen un impacto directo en la deserción estudiantil. Él agrega: “Decir que el cambio curricular hará que los estudiantes no se aburran y entonces no abandonen es una simplificación”.