Amanece con pelo largo el día curvo de las mujeres.
Queremos flores hoy. Cuanto nos corresponde.
El jardín del que nos expulsaron.
GIOCONDA BELLI[i]
[i] Gioconda Belli – Poeta Nicaragüense – Versos extraídos del poema “8 de marzo”
Fue en 1975 cuando las Naciones Unidas comenzaron a celebrar el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer y dos años más tarde la Asamblea General de la ONU proclamó el 8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Sin embargo la desigualdad continúa expresándose de diversas formas y con variada intensidad en los diferentes países o regiones.
Por citar un ejemplo emanado de la propia ONU, “las leyes antiterroristas afectan de forma negativa los derechos humanos de las mujeres y las niñas en todo el mundo, una situación que perjudica los avances en materia de igualdad y limita el ejercicio de las libertades fundamentales de éstas”.
Esta afirmación la realizó Fionnuala D. Ní Aoláin, relatora[i] especial sobre la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo.
“En muchos países, las políticas y las prácticas de la lucha antiterrorista tienen como blanco directo a las defensoras de los derechos humanos y a quienes reivindican los derechos sexuales, reproductivos y de igualdad de las mujeres y las niñas, y utiliza todas las armas de seguridad estatales para acallar y ahogar sus reivindicaciones" destacó la representante de la ONU.
En la introducción del informe se especifica que “el ámbito de la lucha contra el terrorismo suele considerarse erróneamente como neutral en cuanto al género, tanto en sus prácticas como en sus consecuencias. La relatora especial subraya que esa opinión es errónea. Destaca que la legislación y las políticas de lucha contra el terrorismo, en particular en los entornos formales y de élite, nacionales e internacionales, se elaboran en espacios dominados por hombres y caracterizados por estereotipos de género”.
Y reveló un dato que es igualmente preocupante, cuando aseguró que "los expertos en seguridad utilizan el lenguaje del género, no para empoderar a las mujeres y las niñas, sino para mercantilizar y socavar sus derechos mediante prácticas de seguridad, marginación y cooptación".
El uso "inocente" del lenguaje
También destacó especialmente la situación especial que viven las mujeres musulmanas. Concretamente habló de las "desigualdades específicas y sistemáticas a las que se enfrentan ciertas familias, en concreto las familias y las madres musulmanas, a las que se presiona para que actúen como brazo de seguridad estatal en múltiples países".
Las familias sirias son otra de las preocupaciones expresadas por la relatora especial de la ONU. Al respecto dijo que las mujeres y sus hijos sufren condiciones inhumanas en los campamentos del noreste de esa nación de Oriente Medio.
En base a esas realidades realizó una serie de recomendaciones a los Estados miembro a la vez que hizo un llamado a comprometerse “de manera efectiva con una agenda de derechos de la mujer y no se limiten a utilizar la palabra "género" a la hora de prestar apoyo técnico a los Estados en la lucha contra el terrorismo y en la creación de capacidades".