
La escuela n.º 61 del paraje rural Colonia Agraciada, departamento de Soriano, estaba en proceso de cierre por falta de alumnos al comienzo de este año lectivo, hasta que una mamá anunció que sus dos hijas comenzaban las clases en esa institución de 95 años.
Año a año se van convirtiendo en tapera escuelas rurales de todo el país, que otrora fueron el centro de aprendizaje, de encuentro de familias y vecinos. Lo que sucedió con la escuela 61 es un hecho relevante en Soriano.
A comienzo de este año, la familia del único alumno inscripto en la 61, por motivo de “socialización”, pidió el pase para otra escuela. Eso llevó a que el Centro quedara sin alumnos y por ende se iba a cerrar. Y cuando se produce un cierre es muy difícil recuperar el centro rural en años siguientes. El patio del edifico termina en un pastizal, se herrumbran los candados de las puertas y las cortinas se convierten lágrimas de hilachas.
En el caso de la 61, una familia de pescadores de San José, se instaló en la zona de Colonia Agraciada, y sus dos niñas empezaron la escuela el martes 18, lo que permite la continuidad de la enseñanza en esta escuela que supo ser centro de referencia de Colonia Agraciada. Así informó a EL ECO la maestra directora Yuliana Arriola quien, un año más, eligió estar al frente de este Centro de Primaria, y quien supo también estar en la dirección de la escuela Nº 3 del pueblo de Agraciada (compartido por los departamentos de Soriano y Colonia).
Arriola es optimista al considerar que podrían asistir algunos otros niños de la zona al permanecer abierta la escuela. Incluso su hijo Lorenzo también comenzó a asistir a esta institución, por lo que ahora son tres los niños que estudian y corretean por el patio de la 61. Ellos van a los niveles 3er año, 4to año e Inicial 5 años.
En la mañana del pasado martes 18 se realizó la asamblea de padres y vecinos y conformó la comisión de fomento, ocasión en la que consideraron la posibilidad de contratar una auxiliar.