Alvaro Pan Cruz. En el segundo tramo de la entrevista tu interés se expresó por el lado de los uruguayos. Allí emerge la existencia del Plan Cóndor, los centros de tortura como “Automotoras Orletti” y otros, y el “Juicio a las Juntas”.

Roberto Saban: Si, es el tramo de la entrevista donde el Dr. Pablo Llonto nos cuenta que él representó al uruguayo Rodríguez Larreta –sobreviviente de Orletti- en los Juicios a las Juntas. Un dato que nos destaca en esta entrevista para el Portal de APU.uy es que ése fue el único juicio que se pudo continuar a pesar de las leyes de indulto que implantó Menem.

En el decreto, el presidente Menem había dado impunidad a todo el personal policial, militar y de gendarmería argentino, pero ¨se había olvidado¨ de los uruguayos. Cosa que corrigió al tiempo, pero permitió durante  ¨un par de años entre el 90 y 91 esquivar el indulto y tener la causa abierta¨.

Pero volviendo a la mega causa de Campo de Mayo, nos contaba Llonto que en la investigación no se encontraron indicios de presencia de personal de inteligencia policial ni militar uruguayo en los interrogatorios en este centro de detención.

Ese personal se concentró sobre todo en Orletti. Había uruguayos secuestrados en todos los centros clandestinos argentinos, dado que a medida que iban inmigrando se integraban a diferentes grupos políticos argentinos.

AP: ¿Cómo podrías explicar lo que te genera que estas situaciones que se mantienen sin estar completamente esclarecidas, o muy poco esclarecidas, son parte de una realidad que con diferencias se han vivido y se siguen viviendo en distintos lugares?

RS: Lo que corroboro es que ¨la justicia tarda, pero llega¨. Podes llegar a viejo con tu delito en secreto e impune por un largo tiempo, pero ojo, se te puede dar vuelta la taba. Claro, a las víctimas y sus familiares eso no les alivia el dolor.

Personalmente quedo perplejo cuando veo -por zoom la transmisión en vivo de esos juicios- a los viejitos represores desde sus casas, en prisión domiciliaria o desde las cabinas de transmisión desde sus cárceles VIP y escucho sus alegatos casi en el llanto de que no son responsables y de haber seguido órdenes de sus jefes, hoy ya fallecidos.

Esa impunidad y supuesta tranquilidad que vivieron 40 años, ahora se les corta al final de la vida. Empiezan a salir a luz sus acciones y vivirán presos los pocos años que les queda. ¿Generará algo en los pichones de despotismo y en los que los promueven?

Me parece que no. A los futuros terroristas de estado, a los tiranos que vendrán, creo que no les hace mella estos juicios.

Quizás les puede llegar a pasar lo mismo de acá a 20, 30 años, pero igual siguen, el odio los domina.

Escuchar las palabras del Dr. Llonto es una experiencia muy fuerte. Difícilmente uno se olvide de sus palabras.