Uruguay empató 0-0 en el debut ante Corea del Sur. Dos balones en el palo pudieron cambiar la historia. El DT Diego Alonso, hizo cambios, pocos y tardíos. Quedó conforme.
El arranque Celeste en el Mundial no fue bueno. Regaló todo un primer tiempo y con un mejor juego asociado en el despunte de la segunda mitad, con casi 20 minutos buenos, mejoró lo hecho en el inicio.
La pasamos mal buena parte de los primeros 45´del partido. El propio DT Alonso lo reconoció, en la conferencia de prensa post partido, respecto a que le costó al equipo entrar en juego y coordinación. Se notó como falló en la posesión, erró muchos pases y a pesar de todo eso, en el final del juego, tras una pelota quieta, en un tiro de esquina ejecutado por Valverde, Godín ganó de arriba y el balón muy bien dirigido, pegó en el palo.
La fórmula coreana fue sencilla, hicieron el 2-1 reiterado por los laterales y llegaron con facilidad, tanta que a los 7´de juego ya habíamos cedido dos corners. Poca participación delanteros, más preocupados por defender y contrarrestar la superioridad numérica de los coreanos. Ellos, habían aislado a Uruguay copándole el centro del campo y distribuyendo bien, obligándonos a replegarnos. Los primeros 30 minutos la “Celeste” los sufrió, no los jugó.
Muy retrasados, solo atinamos a tener respuesta. Así fue como la más clara fue para Corea. Hwang recibió libre por el centro del área tras un buen desborde del lateral derecho Kim y en una posición inmejorable para vencer a Rochet, desvió el remate que salió arriba del travesaño.
Pellistri no encaró a pesar de que recurrían de manera sistemática al foul en el 1 contra 1. Además, el joven valor uruguayo, bajó reiteradamente, a colaborar en defensa.
Una clara falta a Darwin Nuñez, de manifiesta peligrosidad, directa a la humanidad del artíguense, fue sancionada como foul sin que hubiera advertencia de Turpin al infractor. Así se iba el primer tiempo. La sensación que dejaba es que nos faltaba un lanzador nato.
En el arranque de la segunda mitad, Uruguay tuvo mejor disposición en el campo, hizo algo más de presión. Evidentemente, el técnico Alonso acomodó las piezas y surgió una versión mejorada del juego de la Selección, aunque se notó realmente, que a Valverde le falta compañía. Bentancur, se prodigó como ayuda en la defensa y subió poco, se soltó más Olivera, Vecino se acercó a los delanteros y empezamos a pisar el área.
En el transcurso del partido, quedó demostrada la categoría de Godín. Había dudas, ya que, jugó muy poquito los últimos meses en Vélez, sin embargo, dio muestras de su capacidad y carpeta, para enfrentar todas y cada una de las circunstancias,
Pasado el primer cuarto de hora de la 2ª. mitad, Darwin Nuñez, encaró en velocidad por izquierda, dejó a su marcador en el piso, ingresó al área en inmejorable posición, Suárez ingresaba solo por el medio, pero su pase al medio fue cortado por el arquero, en la mejor jugada ofensiva de Uruguay.
Fue la última participación de Suárez en el partido, ya que ingresó en su lugar Cavani.
La insistencia de la Selección obligó a replegarse a Corea, el mejor momento del partido para la “Celeste” duró 15 minutos más. Tomó el medio, desbordó, tuvo el balón y desgastó a Corea que corría detrás de la pelota. El técnico portugués hizo tres cambios y a los 78´ Alonso mandó a la cancha a Nicolás de la Cruz y Matías Viña, por Vecino y Olivera.
Faltando 3 minutos para el final del tiempo reglamentario, ingresó Guillermo Varela por Facundo Pellistri, un cambio pensado más en defender que en atacar y resguardar a Cáceres con amarilla.
Los minutos finales tuvieron dos incidencias que pudieron cambiar el resultado. Desde la izquierda Valverde se hizo espacio y remató un potente derechazo que impactó en el palo, y en la recarga, un remate a la carrera de Cho - que había entrado hacía unos minutos, - minetras Rochet hizo vista, salió ancho en el palo izquierdo.
Se llegó al final del juego con score en blanco, en un partido mediocre, que dejó sabor a poco en lo hecho por la Selección de Uruguay, dejando la sensación que ninguno se superó como para ganarlo, a pesar de los dos balones en los palos de Uruguay. Algo totalmente insuficiente para lo que se esperaba de la “Celeste”.
El lunes deberá enfrentar a Portugal y si bien no perdió, deberá sumar para mantener chance ya que se acorta el margen de posibilidades de clasificación que tiene.
Además, queda la sensación que el entrenador uruguayo se quedó con cambios sin hacer y terminó siendo conservador conformándose con el punto. Muy diferente a la impresión que dejó en los 4 partidos de clasificatorias que dirigió. En su debut mundialista, empató, sin convertir, y aparentemente quedó conforme.
Ernesto Ortiz